lunes, 29 de junio de 2009


Era libre.
Había vivido.
Me refiero a que parafraseando al tango, nadie le quitaría lo bailado.
Estaba en plena acción, se sentía plena y con polenta.
Sin embargo estaba irreconocible para algunos que no la veían desde hace un tiempo.
Había encontrado en su nuevo estilo de vida, un camino distinto que le permitía disfrutar de un millón de sensaciones.
Era libre.
Responsable, pero libre.
Sabia que nada era eterno y esa era su bandera de batalla.
Había decidido enfrentar la curiosidad llendo al frente en cada ocasión que se le presentara y en cada ocasión que lo merezca.
Era como una doble vida en la que luchaba porque cada ocasión lo mereciera.
Seguía siendo la misma, pero había momentos..., algunos especiales momentos en los que se transformaba.
Era otra.
Era libre.
Se subía a caballo del deseo y surcaba los grandes valles del egoísmo en busca de su placer personal.
Había descubierto, su cuerpo, su sensualidad, su erotismo.
Era feliz.
Sabia..., presentía ..., intuía que su destino estaba ligado a traspasar los limites ahora que podía y que ya sabia como.
Lo había aprendido.
Luego de cruzar los limites, raudamente volvía a ocupar que la vida le ha impuesto.
Ese que ha veces es ingrato.
El que esta lleno de obligaciones.
En el que esperan cosas de ella, que ella misma se comprometió a dar.
No parece fácil, pero lo hacia.
Su vida era como un circulo que giraba en forma continua y graciosamente sobre su eje.
Cada día se repetía casi monótonamente y así sucesivamente.
Pero en algún momento, una puerta que claramente indicaba que estaba prohibida su apertura, se abría. Ella salía del circulo, utilizaba al máximo sus posibilidades y al regresar lo retomaba casi en el mismo lugar de donde había salido, haciendo lo imposible por no dejar huellas, ni heridas abiertas a su paso.
Eran las reglas de esta nueva vida.
No se doblaban.
Era libre.
Era otra.
No estaba dispuesta a perder ocasión de disfrutar y de sentir.
Porque después de todo, vida hay una sola.
Encima no da revancha, cada perdida se vuelve inexorablemente irreparable.
No se puede volver a vivir lo no vivido por eso de que nadie se baña en el mismo río dos veces.
Quién podría decirle que esta mal lo que hace?.
Quién podría juzgarla y marcarle otro camino?.
Con que derecho?.
Basado en que normas?.
En que triunfos ?.
En que derrotas?.
Era libre.
Asumió su libertad y se hacia responsable de sus actos.
Estaba dispuesta a pagar los precios por mas altos que estos fueran.
La adrenalina corrió por sus venas con furia y ante cada oportunidad, su boca y su garganta se lleno con una húmeda hiel reflejo de su excitación.
Ella siente.
Ella piensa.
Ella disfruta.
Ella es libre y espera intensamente ese intercambio de atenciones que provoca el placer.
Su cuerpo esta caliente y es un convite constante al disfrute.
Solo con una condición.
Volver al mismo lugar, casi a la misma hora, a la misma situación y al mismo tiempo ejecutivo del que ha partido.
Nada debe cambiar.
Nada.
Ella es libre y esta viviendo otra vida.
Esta.
Esa que vos y yo nos quedamos cortos para vivirlas.
.

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